La factura de la luz de España ha subido por encima de la media europea a lo largo de los últimos 5 años.
Suele afirmarse que España tiene la tercera electricidad más cara de Europa, sólo superada por Chipre e Irlanda. Sin embargo, esta conclusión obedece a una comparación errónea, que no incluye impuestos. En muchos países europeos las ayudas a las renovables no están incluidas en la factura del suministro, como ocurre en España, sino que se pagan mediante impuestos o tasas. Por ello, la única comparación homogénea es con impuestos. Por ejemplo, en Alemania los precios son más caros, al incorporar una tasa para financiar las energías renovables. De igual forma, otros países como Italia tienen precios más altos que España. Son, precisamente, aquellos países que tienen actualmente la mayor penetración de renovables y el mayor volumen de ayudas a estas fuentes de energía. En el extremo contrario, encontramos países como Francia, con precios de la energía por debajo de la media de la Zona Euro al disponer de un mix de generación más equilibrado con un mayor peso de fuentes de energía de menor precio como la nuclear y la hidráulica.